jueves, 7 de marzo de 2024

Fuerza Popular y Alianza Para el Progreso a la cabeza, han decidido que lo que realmente necesitaba el Perú era un Congreso más grande..

Qué época para estar vivos en el Perú, donde la memoria colectiva es tan corta que ni siquiera un referéndum puede sobrevivir más de unos pocos años en nuestra conciencia política. En 2018, el pueblo peruano dijo un rotundo "no" a la bicameralidad, pero ¿quién necesita la opinión del pueblo cuando se tienen agendas políticas que impulsar? ¡Y vaya que se han impulsado!

Es maravilloso ver cómo nuestras queridas agrupaciones políticas, con Fuerza Popular y Alianza Para el Progreso a la cabeza, han decidido que lo que realmente necesitaba el Perú era un Congreso más grande. Porque, claro, si algo estaba fallando en nuestro sistema político, definitivamente era el tamaño de nuestro Parlamento. ¡Nada que ver con la calidad de nuestros representantes o la eficacia de su gestión!

Ahora, gracias a esta sabia decisión, podremos disfrutar de la compañía de 60 senadores adicionales. Por supuesto, la alegría viene acompañada de la responsabilidad de financiar sus salarios, beneficios y, ¿por qué no?, algún que otro viajecito de 'representación'. Después de todo, ¿qué es un poco más de gasto público? Solo un detalle menor en nuestro vasto presupuesto nacional.

Qué refrescante es saber que, mientras la ciudadanía debate sobre temas triviales como la educación, la salud o la seguridad, nuestros diligentes políticos se ocupan de asuntos de verdadera envergadura: aumentar el número de curules en el Congreso. Después de todo, más es siempre mejor, ¿verdad? Sobre todo cuando se trata de burocracia.

Debe ser reconfortante para el ciudadano de a pie saber que, mientras hace malabares para llegar a fin de mes, hay un grupo de personas que no tendrá que preocuparse por su próximo sueldo, gracias a la generosidad del erario público. Y qué mejor forma de utilizar esos fondos que invirtiéndolos en aquellos que realmente "hacen la diferencia" en nuestro país.

Por supuesto, toda esta decisión se tomó con la más pura de las intenciones: mejorar la representatividad y la eficacia legislativa. Porque si algo nos ha enseñado la historia reciente del Perú, es que la cantidad invariablemente trae calidad. Más legisladores, más leyes, más progreso… ¿o no era así?

Aplaudamos entonces esta hazaña de la visión política, este magno ejercicio de amnesia colectiva que nos lleva a ignorar los resultados de un referéndum porque, al fin y al cabo, ¿quién conoce mejor los deseos del pueblo que aquellos que pasan sus días en las alturas del poder?

Y mientras celebramos, no olvidemos preparar nuestros bolsillos, porque mantener esta renovada maquinaria legislativa no será barato. Pero no hay que preocuparse, seguro que el retorno sobre esta inversión será tangible… eventualmente. Al fin y al cabo, en la política, como en la vida, todo es cuestión de fe.

Entonces, bravo por esta nueva etapa de la democracia peruana, donde la voluntad popular es tan flexible y la memoria tan selectiva. Brindemos por esos 60 nuevos senadores que, sin duda, marcarán el inicio de una era dorada en la política peruana. Porque, en el fondo, todos sabemos que esto es exactamente lo que el país necesitaba.

Tags: #bicameralidad #Congreso #CongresodelaRepública
https://lalupa.pe/opinion/bicameralidad-de-golpe-82080/
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