sábado, 9 de marzo de 2024

Ica: No eran mujeres, son sujetos que pepean a jóvenes para robarles todo bajo esta modalidad
Un joven de 22 años brinda su testimonio ante la Policía Nacional del Perú (PNP) tras ser víctima incluso de intento de abuso sexual..

En los últimos años se ha vuelto común el reporte de jóvenes hallados en total inconsciencia tras ser víctimas de robos a consecuencia de ser drogados. Si bien es cierto, en algunos casos se trata del denominado "pepeo" por parte de féminas que usa esa modalidad para cometer los actos delictivos, pero se acaba de revelar que también hay delincuentes hombres dedicados a esta modalidad.

Luigi Javier Perales Bellido (22), es uno de los tantos jóvenes víctimas. Esta vez narró su traumática experiencia. El pasado 15 de febrero, día posterior al Día del Amor, al ser abordado por un individuo que posteriormente lo drogó y asaltó con la complicidad de un taxista en Ica. La víctima, que había salido de la discoteca "Mansion" cerca de las 5:30 a.m., fue abordada por José Antonio Gallegos Huanaco, quien fingió ser un taxista.

José Antonio Gallegos Huanaco, sujeto es acusado por el hecho, según se registra en la denuncia ante la Policía Nacional del Perú.

La modalidad

Tras subirse a un taxi amarillo, el joven se vio sorprendido cuando Gallegos abrió la puerta trasera y se unió al viaje, alegando ser colega del conductor. Lo que siguió fue un calvario donde la víctima fue manoseado y amenazado, obligado a comprar cervezas que sospecha fueron adulteradas para debilitar su resistencia. A pesar de intentar defenderse, el joven fue despojado de sus pertenencias valiosas, incluyendo un iPhone 14 Pro Max y un Apple Watch Serie 6, y abandonado en un distrito lejano tras ser empujado del vehículo.

Después de recuperarse y denunciar el incidente, el afectado y su familia lograron localizar a Gallegos cerca de la misma discoteca días después. A pesar de intentar escapar, fue capturado por los vecinos alertados por los gritos de la madre de la víctima. Aunque el acusado fue llevado a la comisaría, quedó en libertad poco después por falta de pruebas inmediatas, aunque la policía está reuniendo evidencia adicional para proceder legalmente.

Con este caso se revela la preocupante modalidad de crimen en la región, donde los delincuentes utilizan sustancias para incapacitar y robar a sus víctimas, generando una sensación de impunidad y miedo. La víctima exige justicia y pide a las autoridades una investigación exhaustiva para evitar que este tipo de atrocidades sigan ocurriendo.

Declaración de la víctima

El día siguiente del Día del Amor, el 15 de febrero, el hombre salió a las 5:30 a.m. de la discoteca "Mansion", ubicada en el camino a Huacachina. Se acercó a un puesto de venta de hamburguesas, donde un supuesto taxista, que luego se identificó como José Antonio Gallegos Huanaco, se le acercó.

"Se puso a mi costado y empezó a hablarme; me preguntó qué tal estaba la discoteca por la fiesta, etc. Yo le respondí que todo estaba "chevere". No tenía señal de celular y no podía llamar un taxi, así que me despedí del sujeto y luego me subí a un tico amarillo de otro taxista. Me subí al vehículo, y el chofer demoraba en arrancar. De la nada, el sujeto José Antonio Gallegos abre la puerta trasera y sube al mismo vehículo. Yo, sorprendido, le dije: "¿Y tú?". Él me respondió que el taxista era su compañero de trabajo y que se iba a bajar a la altura del Centro Social Ica. Yo seguía en mi teléfono chateando, pero cuando ya estaba cerca del local Los Ficus, José Antonio comenzó a intentar besarme a la fuerza, intentó besarme todo el cuello y manosearme todo el cuerpo. Yo comencé a empujarlo, y él me dijo textualmente: "Ah, ya, no quieres colaborar". Entonces, le dice al conductor: "Date la vuelta en U, como quedamos". Se dieron la vuelta y me llevaron hacia el local de Puerto Rico por el camino a La Huega. Se estacionaron afuera. Yo tenía en mis manos un iPhone 14 Pro Max, un Apple Watch Serie 6 y un vaporizador caro. El sujeto me quitó el cigarrillo electrónico. El conductor no decía nada, pero el sujeto José Antonio me amenazaba y me dijo: "Toma 20 soles y compra cuatro cervezas. No intentes hacer nada. Nosotros somos dos y estamos en carro". Yo ya estaba con miedo. Entonces, me bajé, compré las cuatro cervezas, me subí tras comprar, y luego me condujeron hacia enfrente de Los Ficus. Se estacionaron, tomaron y otra vez intentaron abusar de mí, esta vez con más fuerza. Se bajó el short e intentó obligarme a hacerle sexo oral. Me tomó de la cabeza y me forcejeó. Fue una pesadilla para mí en ese momento. Otra vez me dijo: "No quieres colaborar, ¿correcto?". Arrancaron el vehículo y me llevaron por la Avenida Cutervo, altura de Puente Blanco. De las cuatro cervezas, ellos tomaron tres; a mí me dieron medio vaso de esas cervezas. Tomé un poco de esa cerveza, y cuando estaba en el vehículo, empecé a dormirme y a despertar en ratos. Dormía y despertaba. Ojo, que yo no salí borracho de la discoteca, y aún así me dormía. Sospecho que le echaron algo a la cerveza que me dieron. Luego, recuerdo que estaba en un lugar ya por Parcona. Recuerdo poco, pero el sujeto me quitó el teléfono, me arrancó el Apple Watch, y, recuerdo entre borroso, me dice: "Qué pena por ti que no hayas querido colaborar". Me empuja del vehículo afuera, me deja en una vereda, me empujó tan fuerte que me golpeé la cabeza y me desmayé. Así me encontraron los efectivos de Serenazgo del distrito de Parcona, tirado contra la pared. Mis papás me fueron a recoger. Luego me recuperé. Ese mismo día fui a denunciarlos, el domingo 18 de febrero, con mis papás en un carro. Fui a hacerle guardia al sujeto para ver si, de casualidad, lo encontraba por la discoteca Mansion. Efectivamente sí. Luego de una espera, lo encontré al mismo sujeto, José Antonio Gallegos, en el mismo lugar donde lo conocí. Yo bajé, lo miré, y cuando me vio ahí, comenzó a agarrar su celular y empezó a caminar acelerado. Cruzó hacia el otro lado de la pista e intentó escapar por el cerro. Sin embargo, intentamos perseguirlo y, tras un rato, lo encontramos en una esquina. Al notar que lo estábamos tratando de alcanzar, el sujeto comenzó a correr. Empezó a correr fuerte y no lográbamos alcanzarlo, hasta que mi mamá empezó a gritar diciendo: "¡Ladrón, ladrón!". Los vecinos de la zona se alertaron y lo atraparon. Lo obligamos a ir a la comisaría en una mototaxi. El sujeto no reconocía lo que había cometido y no lo acepta hasta ahora. Tengo todas las pruebas con videos de las cámaras de seguridad. Llegó su abogado a la media hora y lo soltaron por falta de pruebas. En ese momento no tenía las pruebas que ahora poseo. Imagino que lo van a citar, porque la policía está solicitando todas las cámaras de seguridad de la zona. Yo pido justicia, porque pudieron abusar de mí o pudieron matarme" declaró Luigi Javier Perales Bellido.

Tags: #Delincuencia #discoteca #Ica #inseguridad #Policiales
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